La resina es sólida y ligera, y por esa misma razón es fácil de transportar, pero difícil de destruir. Es ideal para fabricar sillas de jardín robustas que resistan las intemperies. En efecto, su color no cambia a pesar de la lluvia y el calor, lo que facilita mucho su mantenimiento.
Los muebles de resina son tan fuertes y tolerantes al clima que todo lo que necesitan es una pequeña limpieza con un cepillo y agua jabonosa. El moho puede retirarse fácilmente mezclando lejía de uso doméstico en el agua jabonosa. También se pueden limpiar con aceite de naranja sobre un paño suave.